
Los economistas también lloran
Los economistas tenemos fama de arrogantes y autosuficientes. Pero la verdad es que somos como todos los seres humanos: llenos de inseguridades, frágiles y deseosos por ser aceptados. De hecho, la economía -y especialmente la economía en la academia- es una disciplina tan competitiva que los miembros de la profesión