El crecimiento acelerado de las grandes urbes está generando dos fenómenos simultáneos en diversas partes del mundo: por una parte, ha relegado a las persona a la periferia, aumentando las distancias que recorren a diario entre su casa y el trabajo. Por otra parte, ha obligado a quienes viven dentro de la ciudad a pasar gran cantidad de tiempo en los tacos que se generan en los horarios punta. Ambos elementos se confabulan para que las personas pasen más tiempo de lo normal arriba de sus autos o en la locomoción colectiva, lo que afecta nuestra salud, tanto física como mental.
De acuerdo a un estudio realizado por la Universidad de Waterloo en Canadá, cuanto más tiempo pasemos en el trayecto de la casa al trabajo, menos probabilidades de satisfacción tendremos. En la investigación publicada en World Leisure Journal, los científicos encontraron que la distancia entre tales puntos influye en las probabilidades de sufrir depresión, estrés y otros trastornos del ánimo, pues el lapso que tarda el individuo en trasladarse de la oficina a su vivienda puede servir para ayudarlo a prepararse para el cambio entre la jornada laboral y su vida personal fuera de ella. Sin embargo, pocas veces las personas realizan balances positivos en los viajes, por lo que los trayectos largos entre hogar y trabajo provocan más efectos psicológicos negativos que positivos.
Para evitar algunos problemas a la Salud Mental relacionados a la gran cantidad de tiempo que demoramos en nuestros trayectos diarios, algunas recomendaciones son:
1. Salir 30 minutos antes de lo normal. Los estudios han descubierto que cuando se tiene menos “urgencia por tiempo” o cuando no estamos preocupados porque vamos a llegar tarde, el estrés durante el trayecto es mucho menor. Sobre este punto, pueden ver una nota realizada por Canal 13 sobre el adelantamiento de la hora punta, donde la Gerente General de Cetep, Psiquiatra Claudia Barrera, da algunos tips relacionados.
2. Una lista de música especial para el trayecto: una para ir al trabajo y otra para relajarse de regreso a casa. Un estudio descubrió que las personas que escuchan música cuando están atoradas en el tráfico tienen menor probabilidad de enojarse que quienes no escuchan música.
3. Evita las horas punta hasta donde sea posible. Es una forma obvia de hacer un mejor trayecto, pero muy pocas personas se molestan en buscar alternativas.
4. Olvidarse de las carreras y bocinazos, ya que con eso sólo incrementarás los niveles de estrés.
5. Ponerse cómodo. No se trata nada más de ponerse el cinturón de seguridad. Antes de salir a la calle, hay que asegurarse de que el soporte para la cabeza esté justo detrás de ella, alineado con las orejas. Acomodar el asiento y el volante para sentirse cómodo. Revisar todos los espejos y fijarse que no tengas que inclinar o estirar el cuello.
6. Definir rutas alternativas para el trayecto. Esto tiene que ver con el control. Si se sabe que se puede tomar otro camino, de manera automática hay mayor control sobre la situación.
7. No juzgar a los demás conductores. Un conductor muy estresado se enoja cuando otro lo rebasa. Cuando alguien va más lento que él, también se enoja. Se enoja cuando los demás olvidan hacerle una señal, si su auto es más grande o si van escuchando la música a volumen muy alto. Las reacciones exageradas ante los demás conductores son un camino seguro hacia el estrés, el dolor de cabeza y el enojo. El mejor enfoque es ser un conductor defensivo y no dejar que moleste lo que hacen otros conductores.
8. Usar el transporte público. Según un estudio del doctor Meni Koslowski, investigador de la Universidad Barllan de Israel, no es el trayecto lo que nos estresa, sino el tiempo que pasamos en el auto. El estrés que sentimos al estar dentro del vehículo lo ocasiona el problema del control. Al conducir en auto al trabajo, en gran parte es porque así las personas se sienten en control de la situación. Cuando viajamos en transporte público, cedemos el control del trayecto.
