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Personas LGBT+ tienen riesgo suicida 4 veces mayor que población heterosexual

Experiencia

Un estudio de EEUU indica que el suicidio es responsable del 24% de las muertes en jóvenes LGBT+. Lamentablemente se trata de una realidad que también se aplica a nuestro país, donde la población LGBT+ posee mayores tasas de suicidio que la población general.

Precisamente, de acuerdo a datos de la Fundación Todo Mejora, la tasa de suicidios podría llegar a ser hasta 4 veces más alta que la de personas heterosexuales cisgénero.

La psicóloga de Centro Médico Cetep, Carolina Perez, explica que detrás de estás cifras existe una realidad de vulnerabilidad y acoso que aumenta el riesgo de exposición al suicidio de las personas LGBT+.

Los principales factores que influyen en esta situación son el bullying que sufren las personas de LGBT+ en el colegio desde temprana edad, el hostigamiento que en ocasiones ocurre dentro de las mismas familias y discriminación por parte de la población general.

Identidad y Aceptación

Ciertamente, aceptar la propia identidad de género, cuando ésta no corresponde a la heteronorma, supone un proceso personal especialmente complejo.

“Que la identidad de género difiera del sexo biológico no es un trastorno, es decir, que ser transgénero no es una enfermedad, así como tampoco lo es la orientación sexual no heterosexual. Sin embargo, debido a prejuicios sociales y mitos asociados a la diversidad de género, algunos pacientes viven su propia identidad como un problema cuando ésta se aleja de la heteronorma, por lo que no siempre es fácil para ellos asumirla y mostrarse hacia el exterior como quienes realmente son y cómo realmente se sienten, pudiendo experimentar un gran sufrimiento asociado”, explica la psicóloga de Cetep.

En este sentido, la discriminación, el temor al rechazo, e inclusive ataques de violencia, son parte de los muchos obstáculos que amenazan la salud mental de las personas LGBT+, y que podrían impactar en la ideación suicida.

“Avanzar en el camino hacia la aceptación propia y derriba prejuicios disminuye el malestar de las personas mejorando su salud mental; y es muy importante para quienes lo viven, contar con apoyo de familiares y gente cercana, siendo reconocidos también desde el exterior, incrementando la seguridad para ser quienes son, por ejemplo, para una persona transgénero ser llamada por su nombre social, dado que significa reconocimiento de su ser en el mundo”, subraya Carolina Pérez.

Acompañamiento terapéutico

Ciertamente, la aceptación de una identidad de género y/o una orientación sexual LGBT+ es un proceso que tiene una alta exigencia emocional para quien lo vive, pero también para las personas que rodean al paciente, principalmente sus familiares.

“En este caso el acompañamiento es fundamental, porque ayudará tanto al paciente como a su sistema a sentirse más apoyados, puesto que al inicio habrá muchas cosas que pueden ser difíciles de comprender. En este sentido, si la familia y los pilares de apoyo de la persona que vive el proceso (más aún si es menor de edad), logran comprender más y sintonizarse mejor con ciertas cosas, será más fácil también que se establezca una mejor base para brindarle apoyo”, sugiere la profesional de Centro Médico Cetep.

Niñxs LGBT+

En el caso de personas LGBT+ en etapa escolar, la psicóloga Cetep advierte que es especialmente importante contar con apoyo profesional en el marco del proceso de aceptación.

“Es una época compleja donde se dan fenómenos como el bullying, la búsqueda de identidad en general, la importancia de la relación con el grupo de pares, etc, y es un momento que puede tener más dificultades para una persona LGBT+ si por ejemplo su identidad de género está fuera de la heteronorma, o si se ha iniciado un proceso de transición en caso de personas transgénero, ya sea con hormonas o no”, sugiere.

Finalmente, con la conmemoración del Día Internacional del Orgullo LGBT+ como telón de fondo, el llamado principal es a avanzar en la aceptación e inclusión de las diversidades sexuales, de cara a construir una sociedad en la que ser uno mismo no pone en riesgo la salud mental.