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¿La asertividad previene la depresión?

Experiencia

Las mujeres somos, lamentablemente, más vulnerables a la depresión, la que se presenta más frecuentemente a partir de la cuarta década de la vida. Esta es una enfermedad episódica, que afecta nuestro cerebro, nuestra salud mental  y nuestra salud física en general; perturbando diversas áreas de nuestro desempeño. Estudios realizados en Chile, estiman que una de cada cinco personas sufrirá el algún momento de su vida, un episodio depresivo. A su vez, se ha demostrado una prevalencia creciente en ambos sexos, manteniendo un predominio franco de episodios depresivos en las mujeres (2 a 3 veces más frecuente).

Los síntomas más frecuentes, y que para muchos, desafortunadamente resultarán conocidos son: dificultades para conciliar o mantener el sueño, ganas de llorar más frecuentemente y sin motivos tan claros, irritabilidad, desgano, tristeza, pérdida del deseo de disfrutar la vida, cambios en el apetito, falta de energía, aislamiento social.

La presencia de todos o algunos de estos síntomas sugieren que algo está ocurriendo en nuestro cerebro.  Con alta probabilidad podría tratarse del inicio  o la presencia de un episodio depresivo.

Por eso, identificarlos es importante para consultar tempranamente.  Existen estudios que señalan que el tratamiento oportuno, integral y completo, es decir, sin interrupciones antes de ser dado de alta, prevendrá que en el futuro la persona pueda sufrir nuevos episodios depresivos.

La depresión, generalmente, se inicia asociada a algún estresor ambiental.  Estos estresores, son en general situaciones de la vida diaria, sin embargo, la incapacidad de sobreponernos y recobrarnos sin ayuda (como mucha gente sí lo puede hacer) sugiere la presencia de un estado depresivo.

Los artículos sobre la depresión son comunes y pueden ser breves y sencillos o extensos y muy profesionales, sin embargo, hoy, queremos hablar de modos sencillos de prevenir los estados depresivos en nuestra vida cotidiana.

Hablar  de prevenir la depresión, es hablar de vida saludable.  Todos aquellos conceptos que conocemos como sanos: hacer deporte, comer una dieta equilibrada, dormir  8 horas, estar al aire libre. Con frecuencia hablamos de vida sana, pero nos olvidamos de algunas sencillas medidas, desde el punto de vista psicológico, que ayudarían igualmente a prevenir la depresión.  Podríamos llamar a esto, vivir asertivamente, y hacerlo es tan importante como vivir saludablemente.

Vivir asertivamente, significa muchas cosas. Dentro de las que se incluye: cultivar la amistad, detenerse un rato a estar solo, trabajar en algo que nos guste, disfrutar el ocio y reconocer el espacio y modo de hacer las cosas de otro, poner límites. Otras son:

  • Trabajar si, pero no hasta morir, lo necesario para cumplir con nuestro cometido, respetando también nuestros tiempos y espacios. Trabajar, de manera remunerada o no, es en todo sentido terapéutico.
  • Saber decir sí y no, saber hablar en primera persona, es decir, dar cuenta de qué es lo que yo quiero o no quiero hacer.  Puedo decidir hacer algo que no me guste, como un gesto de generosidad y afecto hacia alguien que aprecio, pero no puedo estar siempre haciendo algo que no quiero hacer.  La idea entonces, es reconocernos a nosotros mismos y ser capaces de poner límites.  Explicitar lo que deseo del otro también ayuda.  Respetar el modo de hacer las cosas de las demás personas, también es reconocer los límites propios y de los que conviven con nosotros.
  • Cultivar la amistad ¿Cuántas veces olvidamos saludar a nuestros más queridos amigos para su cumpleaños? Frecuentemente dejamos de ver a nuestros amigos de colegio, o del barrio. No cultivamos el afecto y la amistad de personas con las que pasamos largas horas en el trabajo, cuántas veces ignoramos o ni siquiera saludamos a nuestros hijos o parejas.   No somos amables, no sonreímos, nos quejamos continuamente, y besamos poco.  Vivir de manera saludable también incluye ser gentil con el otro, sonreír… hasta reírnos de las situaciones y de nosotros mismos. Practicar la risa ayuda a estar bien en la vida… Besarnos, tocarnos, ayuda a estar bien también.
  • Ahhh, no quejarnos, que difícil ¿Cuántas veces nos quejamos al día? Si las contáramos, repararíamos en lo que estamos perdiendo de la vida dejando de ver que si hay cosas buenas, que ni siquiera percibimos.  También nos llevaríamos una sorpresa contando en la noche las cosas buenas que nos pasaron, y que de no mediar el ejercicio, no formarían parte de la toma de conciencia.
  • Encontrar espacios de gratificación individual ¿Cuántas horas pasamos haciendo cosas para los otros, los hijos, el marido, la esposa, los jefes? ¿Y qué hacemos para nosotros mismos? Ver un partido, darse una larga ducha, sentarse en una plaza, acostarse un rato a no hacer nada, ni siquiera dormir o leer, sino que a hacer nada y disfrutarlo.  Así, estar un rato solo, en silencio, también ayuda.  Estamos siempre en el ruido del tráfico, de la radio, del teléfono, de la televisión, del trabajo y hemos dejado de estar en silencio.  El silencio al acostarnos es un buen compañero para una buena noche.

¡Vivir contactados con pequeñas cosas en la vida, ayudará sin duda a vivir mejor, y si vivimos mejor, podremos prevenir también la depresión!

 Por: Aida Pardow, Psicóloga Clínica. 

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