Artículo publicado en La Tercera, 24 de octubre de 2011.
Dr. Guillermo Vergara, Director de Cetep y Director Médico de Redgesam, expone reveladores antecedentes sobre el perfil de usuario afectado por depresión.
Investigación se realizó en 830 pacientes de isapres. Hombres de 40 años también son los más afectados.
Tienen en promedio 40 años de edad. La mayor cantidad de ellos vive en Maipú. Son profesionales universitarios y buena parte de ellos se dedica a la enseñanza formal o a las ventas, por lo que cuentan con un sueldo variable, según desempeño y metas. El 69% de todos ellos son mujeres.
Ese es el perfil de las personas que se atendieron por depresión en la RedGesam Santiago, una entidad que presta servicio a todas las isapres, que cuenta con más de 250 profesionales de la salud mental a lo largo del país. Al cumplirse cinco años desde el inicio del programa de atención Auge para la depresión, decidieron hacer un balance de lo que ha sido su trabajo y no fueron pocas las sorpresas.
De acuerdo al estudio realizado por RedGesam, el 50% de los pacientes con depresión se concentra entre los 30 y los 50 años de edad. La mayor parte de ellos proviene de comunas como Maipú, Las Condes, Santiago, Ñuñoa, La Florida y Providencia, lo que es coincidente con comunas con alta concentración de beneficiarios de isapres. Al momento del ingreso, el 57,9% sufría de depresión moderada, el 21,4% depresión grave simple y el 12,4% depresión grave compleja. La mayoría eran mujeres (69%).
Profesores y vendedores
El siquiatra Guillermo Vergara, director médico de esta red, explica que la depresión es una enfermedad del ánimo, que puede ser gatillada por estrés ambiental, el que -en algún momento de la vida- se hace crónico y supera los límites de tensión que una persona puede manejar. En este caso, Vergara dice que llama la atención que la mayor parte de los pacientes atendidos por depresión son profesores y vendedores.
Vergara señala que -al parecer- los profesores presentan una mayor vulnerabilidad frente a la depresión. «Es una impresión que tenemos. Es un grupo que consulta frecuentemente. Es probable que la carga laboral, la gran cantidad de niños por aula, la violencia de algunos alumnos, genere en ellos un alto nivel de estrés que los lleva a la depresión».
Las profesoras que están más cerca de la jubilación (desde 55 años) también suelen consultar más. «Hemos visto que a ellas les cuesta más adaptarse a los cambios. El sistema de evaluación docente, las nuevas tecnologías y la sistematización de algunos procesos gatilla en ellas síntomas depresivos y ansiosos», recalca el especialista. Otro dato: un buen número de estos pacientes llegan a la consulta durante el segundo semestre. «En esa etapa del año el ánimo se ve afectado por la alta cantidad de estrés al que están sometidos».
En el caso de los vendedores, el estrés que gatilla la depresión está asociado a un sistema altamente competitivo en el que se deben desempeñar. No tener un sueldo fijo y dependen de las metas que consigan es una tensión que no todos toleran sin enfermar. «Si no se aplican en lo laboral, reciben menos sueldo a fin de mes. Es un estrés permanente. Y cuando el ánimo anda bajo por alguna situación en particular, la concentración en el trabajo puede variar, pero en el caso de ellos se reciente más. En otros trabajos es probable que se pueda funcionar mejor con ‘piloto automático’, pero los vendedores deben salir de cacería todos los meses y no tienen tanto apoyo de los colegas como en otros trabajos», explica.
Mujeres profesionales
Según los datos arrojados por el estudio, los cuadros depresivos en las mujeres -la mayoría de clase media-están más asociados a conflictos emocionales con la familia, los hijos y la pareja. Ellas están sobrecargadas de tensión, debido a la multiplicidad de roles con los que debe cumplir: trabajadora, dueña de casa, madre y pareja. Según Vergara, la mujer tiene una necesidad más afectiva, a diferencia de los hombres, que suelen presentar cuadros depresivos relacionados generalmente con conflictos laborales y económicos.