Menú Mobile

81% de los chilenos duerme menos de las horas mínimas recomendadas

Experiencia

La pantalla del celular, el computador o el televisor es para muchos chilenos lo último que ven antes de dormir, un hábito que tiene consecuencias en la calidad del sueño.

De acuerdo al reporte Aliméntate Sano, realizado por el Centro de Nutrición Molecular y Enfermedades Crónicas de la U. Católica y la Fundación Banmédica, el 19% de los encuestados (569 adultos de 20 a 76 años) señala que duerme regularmente 7 horas mínimo cada noche y sólo al 20% le toma menos de 15 minutos quedarse dormido.

Quienes hacen ejercicio o se alimentan de manera saludable, reportan dormir mejor.

La cantidad de horas que una persona necesita dormir depende de la edad, pero para un adulto es recomendable que sean entre 7 y 9 horas, en las que se logra el efecto restaurador. “El número de horas es más bien personal. Es importante que el sueño sea durante la noche y no fraccionado en siestas durante el día”, dice Evelyn Benavides, neuróloga especialista en sueño del a Clínica Dávila.

Julia Santín, neuróloga y directora del Centro Médico del Sueño UC, agrega que dormir lo suficiente permite despertar en buenas condiciones, refrescado, y mantenerse alerta durante el día. “De buen ánimo, no irritable y bien de memoria y concentración. Contento, con la sensación de bienestar de haber dormido bien”, dice.

¿Cuántos chilenos despiertan así? De acuerdo a la encuesta, sólo el 10% declara ausencia de somnolencia y/o bajo ánimo diurno en actividades durante el último mes, pero en general, el 75% reporta una mala calidad de sueño y entre los 40 y 49 años está el mayor porcentaje que lo sostiene (82%).

“Esto de que no estemos durmiendo bien es un nuevo factor de riesgo que se agrega para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, diabetes, síndromes metabólicos, desequilibrios hormonales y obesidad. No dormir bien afecta el control de las emociones y se asocia además a estados depresivos y de impulsividad. No es tan banal y es importante abordarlo”, dice Patricio Jara, investigador médico de Fundación Banmédica.

“Las personas creen que es opcional dormir y van sacrificando horas de sueño, pero es una necesidad fisiológica impostergable”, enfatiza el neurólogo Enzo Rivera, director del Centro de Estudio de Sueño (CES) de Clínica Ciudad del Mar.

Apnea y obesidad

Uno de los problemas a los que el neurólogo advierte que hay que poner atención, es la apnea del sueño, trastorno que provoca que la persona haga una o más pausas en la respiración durante el sueño. El trastorno se produce generalmente en personas con obesidad, que roncan y puede causar problemas cardiovasculares, infartos, arritmias o muerte súbita durante el sueño.

“Cuando la persona ronca y hace apnea, baja el nivel de oxígeno de la sangre. Es similar a que lo ahoguen o ahorquen durante el sueño. Provoca alarma en el cerebro, que hace que reaccione con una descarga de adrenalina muy grande y provoca taquicardia, elevación de la presión, un despertar y la recuperación del ritmo respiratorio. Eso a costa de un esfuerzo cardiovascular todas las noches, varias veces, lleva a una sobrecarga del corazón”, dice Rivera.

La mitad de las personas que roncan tiene apnea, agrega.

Fuente: La Tercera