Según estudios de la OMS, alrededor del 17 por ciento de los chilenos padecen depresión. Además, el país ha aumentado la cifra de suicidios en los últimos 15 años, principalmente en niños y adolescentes.
En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, el académico de la Clínica Psiquiátrica de nuestra casa de estudios, Paul Vöhringer, comentó que el problema radica en la particularidad del país, que por un lado tiene uno de los mejores ingresos per cápita de la región pero a su vez la distribución de este ingreso es desigual, lo que genera presión, frustración y ansiedad.
“Chile en teoría es un país rico o uno de los más ricos de la región pero con un gran porcentaje de la población sin acceso a bienes y servicios que aparentemente un porcentaje menor de la población posee, por lo que se genera una presión social, condiciones de vida y laborales muy adversas, de mucha frustración. El chileno medio viaja mucho tiempo, tiene poco sueldo, tiene pocas gratificaciones, produce poco, llega muy tarde a la casa por lo tanto no tiene tiempo de calidad con su familia y amigos, eso probablemente es una muy mala combinación”, señaló.
El académico sostuvo que en Chile no existe conciencia sobre las enfermedades mentales a tal punto de que, posterior al episodio ocurrido en el Zoológico Metropolitano donde un joven ingresó a la jaula de los leones, en redes sociales todos crucificaron al joven por su acción, sin cuestionar que pudiese estar sufriendo un episodio psicótico o padecer de una enfermedad psiquiátrica.
“Claramente hay un desconocimiento, un temor y una carga social peyorativa, negativa muy potente con enfermar mentalmente, por no es sorprendente que desde las redes sociales, la población en general en sus tribunas haya crucificado a este joven”, sostuvo, agregando que hemos fallado como sociedad al no acogerlo y además cargarle el estigma de poseer una enfermedad mental.
A esta falta de conciencia sobre las enfermedades psiquiátricas, se suma el poco presupuesto destinado a salud mental por el Ministerio de Salud, que contemplaba a 2012 un dos por ciento del presupuesto anual en esta material.
Sobre este tema, el académico sostuvo que en el espectro de personas que acuden por trastornos de ánimo solo un 20 por ciento es detectado por los programas de salud, a pesar de que existen cuatro patologías neuropsiquiatrías dispuestas en el plan AUGE.
“Chile probablemente es el país que más ha hecho avances respecto a este tema en la región, sin embargo somos el país en el que existe más prevalencia de estas enfermedades por lo que el porcentaje en términos profesionales es muy poco. Todavía tenemos cerca de un 70% de déficit de cobertura. En la Universidad de Chile hicimos un estudio que publicamos en revistas extranjeras y en ese estudio se decía que de las personas que iban a los consultorios de atención primaria por cualquier razón, 40% de ellos tenían un trastorno de ánimo, casi la mitad que es muchísimo”, explicó el especialista.
Por último, manifestó que el gran desafío es evaluar el real impacto de las políticas públicas relacionadas a enfermedades mentales.
Fuente: Radio Universidad de Chile