En Chile se sabe que 1 de cada 5 adultos mayores sufre de algún tipo de maltrato. Dentro de éstos, no solo son maltratados de manera física, sino que también se cuenta el maltrato psicológico, económico y, también, el abandono.
Esto hace que el maltrato hacia el adulto mayor, sea un problema grave y de difícil detección, ya que en algunos casos, se presenta con diversa intensidad, y de manera transversal en nuestra sociedad.
Identificando el tipo de maltrato, aprendemos a cuidar a nuestros adultos mayores. El maltrato físico, como su nombre lo indica, se debe a acciones intencionadas para provocar daño (ya sea dolor y/o lesiones), por lo que éstas pueden ser de diversa consideración.
Lamentablemente, los que se presentan con mayor frecuencia son los que menos marcas visibles dejan, pero marcan de manera severa en la autoestima. El maltrato psicológico es uno de los más frecuentes, mostrándose, tanto de manera pasiva al ignorarlos, no hablarles, hacerles callar, como de manera activa a través de amenazas, insultos y gritos. Es también relativamente frecuente el maltrato económico, donde pueden ser víctima de fraudes, mal uso de sus pensiones o bienes, entre otros.
El maltrato puede producirse por familiares directos, cuidadores (sobre todo en el caso de pacientes con algún tipo de deterioro cognitivo) u otros que conozcan la fragilidad de estas personas.
Es por lo mismo que se debe estar atento a este tipo de violencia de manera de poder proteger a tiempo a las víctimas. Para esto, el SENAMA cuenta con un programa de “Buen Trato al Adulto Mayor” el cual cuenta con el FONO Mayor 800-400-035, a través del cual se canalizan tanto denuncias, como información para familias y cuidadores (más información en http://www.senama.cl/Buentrato.html)
Además siempre es importante partir por nuestros hogares, educando a los más pequeños a reconocer la vejez como una importante parte de nuestras vidas y a nuestros adultos mayores como personas sabias que aportan, a pesar de restricciones que pudiesen presentar, desde su sabiduría y experiencia. Y para nosotros los adultos, aprender a escuchar a nuestros mayores, lo que en muchas ocasiones, no sólo les alegra el poder compartir, sino que les fortalece el autoestima al validarse como pilares fundamentales dentro de nuestras familias.
Por último, es importante considerar que los cuidadores, sobretodo en familias donde hay un cuidador único, reciben una gran carga emocional, física y económica, que puede desestabilizarlos y llevarlos a ejercer tratos bruscos, inusuales en ellos. Es en esos casos en que se debe consultar de inmediato a un especialista, de manera de lograr establecer redes, descartar alteraciones del ánimo e iniciar tratamiento, si es necesario.
Dra. Berta Muñoz López. Médico psiquiatra de adultos y Directora Médica de la Unidad de Atención Clínica de Cetep.
